Los cambios hormonales que acompañan a los nueve meses influencian positivamente la salud y la belleza de la cabellera.
Durante la gestación los cabellos viven un momento mágico: están fuertes, brillantes, suaves, esplendentes. Esto es gracias al papel de las hormonas.
El ciclo de vida del cabello está formado por dos fases de actividad y una de estancamiento.
- primera fase: ANAGEN o fase de crecimiento activa. Esta fase tiene una duración variable que en la mujer puede llegar hasta los 7 años. En esta fase las células actúan para formar progresivamente el cabello, que en la mujer crece aproximadamente 1 centímetro y medio al mes.
- segunda fase: CATAGEN o fase de involución. Se trata de una fase de transición en la que el crecimiento del cabello se detiene. Está determinada por el progresivo detenimiento de las funciones activas del cabello y tiene una duración media de dos semanas, durante las cuales el bulbo sube hasta la superficie cutánea y se prepara para la fase sucesiva;
- tercera fase: TELOGEN o fase de descanso. El cabello sique aún enganchado durante tres – cuatro meses, antes de caer, y después cae porque el bulbo ha suspendido desde hace tiempo la actividad de crecimiento. Sucesivamente el folículo entra de nuevo en fase Anagen e inicia un nuevo ciclo.
Durante el curso del embarazo se instaura en la mujer un nuevo equilibrio hormonal que es favorable al crecimiento del cabello: por este motivo aparece más fuerte y hermoso que normalmente. El notable aumento de los estrógenos (las hormonas femeninas por excelencia) que se produce durante la gestación, conlleva que la fase de crecimiento (anagen) dure más que la de la caída (telogen). En otras palabras, los cabellos que normalmente se caerían siguen creciendo, reforzando la cabellera que se vuelve más fuerte y luminosa.
Desgraciadamente después del parto todo vuelve como era antes, con una brusca disminución del bienestar de la cabellera… Pero la maravillosa novedad que tendrás entre los brazos te hará apreciar incluso los pequeños lados negativos de ¡no tener ya la barriga!