El juego del cucú ayuda a tu pequeño a desarrollar el concepto de permanencia de los objetos, manteniendo bajo control la ansiedad ante la desaparición regulada de este modo por la presencia de su mamá.
Tu hijo descubre el mundo día tras día y verlo hacer pequeñas conquistas es una alegría inmensa que solo una madre puede entender.
Durante los primeros meses, con sus ojitos felices y curiosos, aprende a ver y a reconocer lo que le rodea. Desde los cuatro hasta los seis meses su vista se perfecciona y en este período hay un juego que podrás hacer con él para ayudarle a aprender que el mundo no desaparece si él no lo ve: es el juego del cucú, que se perfecciona de los seis a los nueve meses cuando tu hijo desarrolla el concepto de permanencia del objeto, es decir, la concienciación del hecho de que el objeto permanece en el mismo lugar aunque él no pueda verlo.
Seguro que conoces el juego pero quizá no sabes que, además de ser sorprendente, a veces casi “de miedo” pero muy, muy divertido, es también muy útil para su crecimiento. Este juego lo conquistará y, con el pasar del tiempo, será él quien se esconda detrás de una manta o una cortina ¡para hacerte cucú!
Una variante puede hacerse también con su “doudou” o con un juguete que le guste mucho, escondiéndolo en parte con un pañuelo o una sabanita y después descubriéndolo, haciendo que lo encuentre. Es importante no esconder completamente el objeto: “ver” el truco, saber que su juguete “está ahí, aunque no se vea, lo tranquilizará y lo enseñará a gestionar la ansiedad y el miedo a perderlo.
¿Preparados para jugar juntos?