Un imperecedero, práctico y seguro modo de transportar a tu bebé
Durante centenares, quizá miles de años, las mamás de todo el mundo han llevado a sus hijos de paseo envueltos en una tela, bien atada a sus cuerpos. Esta tradición ha sobrevivido hasta nuestros días y se ha transformado por practicidad y comodidad en el útil canguro que actualmente utilizan muchas mamás y papás.
Gracias a él podrás pasear libremente en compañía de tu bebé, acunándolo simplemente con tu caminar: tú tendrás una mayor libertad de movimiento y él disfrutará del contacto directo con tu cuerpo.
Puedes utilizar tranquilamente el canguro a partir de las primeras semanas de vida de tu cachorro, porque no conlleva ningún problema para su espalda. Los bebés recién nacidos tienen una musculatura muy flexible y elástica capaz de adoptar cualquier posición: el canguro les sostiene la columna vertebral sin someterla a ningún esfuerzo.
Dependiendo de la edad y el peso del bebé, tienes a disposición varios tipos de canguro. Para los más pequeñitos, cuya musculatura del cuello aún no está bien desarrollada, existen canguros dotados de reposacabezas que, además de sujetar la cabeza, protegen contra eventuales golpes. Para los niños más grandes, a partir del tercer – cuarto mes, hay canguros más simples que permiten una mayor libertad de movimiento a sus extremidades.
Al principio es oportuno tener al bebé mirando hacia ti: se sentirá más protegido, disfrutará de tu calor y tú podrás observarlo mejor. Cuando sea más grande podrás llevarlo de paseo mirando hacia la calle: de esta manera comenzará a satisfacer su infinita curiosidad hacia todo lo que le rodea