Una dieta sana y equilibrada proporciona la energía necesaria para la madre y garantiza una sólida base para el desarrollo equilibrado del bebé.
Probablemente no haya mejor momento en la vida de una mujer como el embarazo para encontrar la motivación para adoptar un régimen alimentario sano y equilibrado. Una alimentación variada y nutriente, de hecho, es el mejor comienzo para tu bebé que se está formando y también para ti que en este período deberás estar ¡más en forma que nunca!
Sin embargo en la base de una correcta alimentación durante el embarazo no encontramos grandes cambios, sino solo algunas pequeñas y útiles atenciones para mejorar tus costumbres en la mesa, porque ¡comer debe seguir siendo un placer!
Comienza introduciendo las varias clases de alimentos de manera equilibrada para asegurar el aporte correcto de sustancias nutritivas. Elige tus alimentos preferidos en las diversas clases alimentarias (grasas, proteínas, leche y derivados, fruta y verdura, hidratos de carbono) y cómelos de manera alternada y equilibrada, sin pensar en deber comer el doble porque llevas un bebé en el vientre. Para él de hecho solo son necesarias 200 calorías suplementarias al día.
Probablemente deberás hacer algunos pequeños pero sanos cambios con respecto a tus costumbres alimentarias de siempre. Por ejemplo si no comes suficientes alimentos que contengan hierro o en tu dieta escasea la verdura, es el momento justo para poner atención y enriquecer tus comidas en este sentido: el hierro se absorbe en gran cantidad durante el embarazo y las fibras de fruta y verdura ayudan a tu intestino ralentizado.
En este período en el que podría ser útil evitar alimentos crudos, experimenta métodos de cocción sanos y rápidos como por ejemplo el vapor y la plancha: será un gustoso descubrimiento.
Hacer un buen desayuno, disminuir los alimentos preparados que no son tan nutritivos como los frescos, pero también no exagerar con las calorías son todas ellas sugerencias válidas para cualquier persona. ¡Para ti lo son aún más!
Recuerda, por último, beber mucho, al menos ocho vasos de líquido al día. Lo ideal es el agua pero las tisanas y los zumos de fruta son válidas alternativas.