Desconocidos para una gran parte de las mujeres, los músculos del pavimento pélvico deben mantenerse tónicos y entrenados para prevenir desagradables molestias. Veamos cómo.
¿Qué es el pavimento pélvico y dónde se encuentra? Más conocido quizá con el nombre de perineo, que sin embargo indica solo una parte (la zona entre la vagina y el ano), el pavimento pélvico es el conjunto de franjas musculares que cierra “como un tapón” la parte inferior de la cadera. Sobre el mismo se apoyan, como sobre una hamaca, las vísceras pélvicas, es decir uretra y vejiga, canal vaginal y útero, recto. Mantener estos músculos tónicos y entrenados es fundamental para asegurar un correcto funcionamiento de los órganos internos y para prevenir disfunciones como, por ejemplo, la incontinencia.
El embarazo, con sus importantes cambios físicos y hormonales, pone a dura prueba estos músculos, muy solicitados en este período, por lo que existe el riesgo al final de que, si no se toman las debidas precauciones antes y después del parto, pierdan su capacidad de continencia.
Por eso es muy importante esforzarse en mantenerlos en forma y los ejercicios que deben hacerse, conocidos como ejercicios de Kegel (toman el nombre del ginecólogo que los inventó), son simples y se pueden realizar en cualquier lugar.
En primer lugar hay que entender de qué zona del cuerpo se habla, es necesario aprender a sentirla. Para hacerlo, realiza el llamado “stop-test”, es decir intenta interrumpir el flujo de orina mientras estás haciendo pipí.
Una vez identificados los músculos que hay que ejercitar, los ejercicios son esencialmente dos y con un poco de práctica podrás realizarlos en cualquier sitio, aunque al principio te aconsejamos que los realices tumbadas.
- Contraer el perineo, iniciando con contracciones rápidas pero intensas para llegar a contracciones un poco más suaves pero mantenidas durante más tiempo (unos 10 segundos). Lo importante es que el tiempo de contracción sea la mitad del tiempo de la relajación muscular: de esta manera entrenarás la capacidad y la resistencia del músculo.
- Contracción progresiva, bien representada por la metáfora visual del ascensor: imagina que tienes una pelota en el canal vaginal y que quieres hacerla subir desde el primer piso hasta el último. Una vez arriba, piensa en hacerla bajar hacia la salida relajando los músculos de manera gradual.