Entre los muchos juegos de tu hijo hay uno que lo acompañará durante muchos años y que es el preferido de muchos: el fantástico juego de imitar
Tu hijo, a partir de su primer año de vida, entra en un mundo de juegos que privilegian el uso de los objetos de uso común con los cuales se divierte a reproducir la realidad que lo rodea y a imitar, cada vez con mayor perfección y consciencia, el mundo de los mayores.
No te sorprendas si al principio utiliza el mango de la escoba como un hermoso caballo sobre el cual correr por los prados, o si usa un zapato como un tecnológico teléfono.
Su mente y su fantasía se convierten en una cosa sola….¡juego!
Y con el tiempo comienzan a tener sentido a su alrededor las sillas de paseo, las muñecas, las sartenes, los cochecitos, y todo lo que le recuerda a la realidad que observa cada día: se está convirtiendo ¡en protagonista de todo lo que hasta ese momento solo había vivido como espectador!
Obsérvalo mientras prepara la comida, mientras canta una canción de cuna al muñeco o a la muñeca y dale una caja con zapatos viejos, sombreros y bolsos para ver cómo se disfraza y se va pareciendo cada vez más a ti y a su papá.
Y cuando te lo pida, conviértete en su cómplice y compañera de juegos: el suyo será el mejor restaurante en el que hayas estado nunca, el mejor peinado que ningún peluquero te haya hecho y ¡el repostaje de gasolina más cuidado que tu flamante spider haya hecho jamás!
Este fantástico juego de imitar ayuda a tu hijo a hacer crecer su personalidad, a entender la relación causa-efecto y a ampliar sus capacidades cognitivas, afectivas y relacionales.
Imaginemos que…¡un juego para cada edad!