Suave, clásica, del carillón,… qué efecto hace.
En estos primeros tres meses tu pequeño es muy sensible a los estímulos sonoros y musicales de la casa, distingue y reconoce los sonidos más familiares y se tranquiliza sobre todo escuchando tu voz que le canta vuestra canción de cuna.
Está demostrado que escuchar música relaja al bebé desde los primeros meses y le permite desarrollar sus capacidades de comunicación y de aprendizaje. Educar el cerebro con sonidos armónicos permite a tu pequeño percibirlos y servirse de ellos de manera instintiva para mantener una condición de bienestar indispensable para dormir bien.
A través de melodías, ritmos, armonías se activan las facultades afectivas, sensoriales, intelectuales… Pero ¿cuál será la mejor música para acompañarlo mientras se duerme? ¿Clásica, moderna o la música del carillón, que nunca falta cerca de la cuna?
¡No existe una respuesta igual para todos! Cada bebé tiene sus propios gustos, como también cada mamá y cada papá.
Se han creado playlist de piezas clásicas que pueden escucharse de manera progresiva desde los primeros tres meses. No solo la Canción de cuna de Brahms, que expresa todo el amor de la madre, también la Pequeña Música Nocturna de Mozart que difunde las notas briosas en una atmósfera serena y distendida o el Sueño de Amor de Liszt y el Jardín bajo la lluvia de Debussy.
Se pueden proponer músicas de todo el mundo como las canciones de cuna de la tradición bengalí, la música tibetana o los cantos africanos, con sus ritmos cadenciosos y sus melodías insólitas.
En Gran Bretaña y en los Estados Unidos las canciones más de moda entre las “mummy” para tranquilizar a sus pequeños son Patience de los Take That, Angels de Robbie Williams o también un clásico como Love me tender de Elvis.
Los niños ya se sabe, son rutinarios y los carillones con su música, siempre la misma, indican que ha llegado el momento de dormir. Lo hará según un ritual que tú como mamá deberás descubrir y conducir conforme a vuestras exigencias.