Diviértete junto a tu hijo jugando al aire libre, entre las hojas de mil colores y un clima con frecuencia aún templado.
El otoño ofrece espléndidas ocasiones para transcurrir una tarde al aire libre: rodeados por todas las tonalidades del amarillo y del naranja hasta el rojo y el marrón, tú y tu pequeño podréis jugar y descubrir las muchas sorpresas escondidas en esta fantástica estación.
Las temperaturas son aún templadas y por lo tanto es agradable ir al parque por la mañana o en las primeras horas de la tarde. Aquí, entre árboles de colores y el manto de las hojas caídas, podrás hacer descubrir a tu hijo los animalitos que habitan en los prados y en los troncos de los árboles en este período y hacerle conocer las “castañas locas”, para tenerlas como dicen, contra el resfriado.
Un bonito paseo escuchando el crujido de las hojas bajo los pies es una experiencia única para tu hijo: todo a su alrededor es una novedad, su curiosidad estará continuamente estimulada por las hojas que caen, por sus colores, por lo que podría estar escondido debajo… ¡Lanzarlas al aire y ver cómo le caen alrededor será un gran diversión! Y después podréis observar las diversas formas de las hojas y, si ya es grandecito, recogerlas para hacer un bonito collage cuando volváis a casa. Coged de todos los colores o retaos a encontrar solo las más rojas… En definitiva los juegos que podréis hacer juntos son muchísimos: ¡no hay límites a la fantasía!
Lleva también una pelota: jugar a lanzarla y a correr tras ella viendo cómo se mueven todas las hojas alrededor será muy divertido para tu pequeño y si se cae, ¡esta vez la voltereta será un placer lleno de color!