Durante los últimos años hemos asistido a un aumento de la edad a la que se es madre por primera vez. Los pros y los contras de esta situación.
La tendencia a dar a luz en los “cuarenta” está extendida en todo el mundo occidental.
¿A qué se debe la decisión de muchas mujeres de tener un hijo después de los 40 años?
Las causas pueden ser muchas. En primer lugar el cambio de las habitudes sociales: las mujeres estudian durante más tiempo, entran tarde en el mundo del trabajo y ocupan posiciones cada vez más importantes, asumiendo roles para los cuales la maternidad sigue representando un obstáculo.
En otros casos por el contrario, es la precariedad laboral la que obliga a la mujer a posponer la maternidad.
A pesar de que algunos estudios confirman que los embarazos después de los cuarenta suponen efectivamente un mayor riesgo, esto no debe impedir que las mujeres intenten realizar su deseo de maternidad. Además, el embarazo hace bien a todas las edades. Es necesario saber que a 40 años la probabilidad de concebir en un año es del 65 por ciento.
Los estudios sobre el tema parecen confirmar también que, al avanzar la edad de la mujer, aumenta también el riesgo de tener un bebé con alteraciones cromosómicas (la más común es el síndrome de Down), es decir, relativas al patrimonio genético.
Generalmente a una mujer de edad inferior a 36 años se le proponen los normales análisis de rutina, como las pruebas de screening (Tri-test, el Bi-test, por ejemplo) y la ecografía genética (como la translucencia nucal). A las mujeres en situación “de riesgo” porque tienen una edad igual o superior a los 36 años o porque resultan positivas a una prueba de screening o bien porque forman parte de algunos grupos familiares particulares, algunos ginecólogos les aconsejan que realicen pruebas diagnósticas como la biopsia corial o muestra de vellosidades coriónicas, y la amniocentesis.
Mitos que derrumbar y curiosidades:
1) No es cierto que a los 20 años el parto sea menos doloroso.
2) A 40 años no es obligatoria la cesárea.
3) Las pruebas diagnósticas invasivas, amniocentesis y biopsia corial son gratuitas después de los 35 años, pero no son obligatorias.