¿De tierno angelito a diablillo desenfrenado? No te preocupes, la “fase de los no” pasará pronto y es su manera para reconocerse a sí mismo y su papel en el mundo.
Tu hijo ha crecido de verdad, y cada día notas todos los progresos que ha hecho.
Su lenguaje se perfecciona cada vez más y consigue comunicar sus pensamientos, deseos, temores y curiosidades, reconoce su lugar en la familia y tiene bien claras las figuras de mamá y papá, habla en primera persona.
Se mueve de manera autónoma en casa y comienza a jugar y a compartir con otros niños.
Te pedirá hacer solo algunas cosas que antes no habría sido capaz de hacer sin ti: quiere vestirse solo, lavarse solo y comer solo. Te hará cumplidos si le gusta el almuerzo, pero con la misma naturalidad no dudará a decirte que no le gusta.
Es un explorador curioso, quiere descubrir el mundo que lo rodea pero aún con su deseo de ser autónomo, tiene la certeza de que depende de ti.
Tu hijo empieza a pronunciar la famosa palabra “NO”.
Y será un tormento durante algún tiempo: es una manera de reforzar su personalidad y de reafirmarse. Todo es no, incluso aquello que en realidad es sí.
Pero con algunos consejos podrás manejar mejor este período:
- enseña a tu hijo a elegir, ofrécele dos alternativas, así se sentirá partícipe y protagonista;
- pregúntale el motivo de su no, porque él no siempre es capaz de expresar sus sentimientos, y esta simple palabra lo resume todo. Ayúdalo a sacar lo que lleva dentro;
- no modifiques tus “reglas”, mantén firmes tus ideas: aunque recibas un no por respuesta, tu constancia le enseñará que no puede decidir siempre él.