A pesar de que el momento del parto se acerca, tienes la impresión de que el tiempo pasa más despacio. Mientras tanto aumenta el deseo de preparar el espacio que acogerá a tu hijo: es un impulso natural.
La necesidad de preparar el nido ayuda a mantener bajo control el ansia, la impaciencia y todo lo demás.
En estas semanas puede que te sientas un poco cansada o por el contrario hiperactiva, con el deseo y la energía para limpiar de arriba a abajo la casa, olvidándote de tu barriga. Todo normal. Lo importante es escuchar las señales que te manda tu cuerpo, que está cumpliendo un papel decididamente difícil, y quizá implicar al futuro papá en los trabajos más pesados que requieran el uso de la escalera o ¡un físico de atleta!
Es un hecho que el sueño nocturno podría comenzar a volverse más difícil y encontrar la posición más cómoda no siempre será fácil, cuando tu pequeño podría estar ya colocado cabeza abajo, listo para salir. No tiene el espacio de las semanas precedentes para sus cabriolas, ya no puede extender las piernas y las mantiene recogidas contra el pecho, ha engordado y su piel es más lisa y rosada. Puede elegir permanecer despierto con los ojos bien abiertos precisamente cuando tú quieras descansar.
Por eso no es extraño que precisamente ahora pienses de manera espontánea ¡en su moisés o en su cuna! ¿Has elegido ya? El primero tiene confines bien definidos, ideales para transmitir a tu hijo el mismo sentido de protección del nido envolvente de tu vientre; la cuna con suaves protecciones tiene la ventaja de ser una compra más a largo plazo, y puedes reducir el espacio para él introduciendo en ella un reductor suave.
También forma parte del nido la atmósfera del ambiente, todo suyo, en el que decidas que esté. Es suficiente con un rincón de vuestra habitación que te gustará caracterizar con un mobiliario y accesorios que quizá tú soñabas cuando eras niña, un carillón especial o la luz de las buenas noches…
Piensa también en el espacio para una cajonera en la que guardar sus primeras prendas de ropa. La canastilla está hecha de minúsculos monos, ropita, bodys y microscópicos calcetines, en varias medidas y tallas para acompañar su rápido crecimiento. Para la canastilla que debes preparar para el hospital será útil pedir información con la lista detallada de las prendas que necesitas en la estructura en la que hayas decidido dar a luz.
¿Quieres una regla general simple en la que basar cada elección de vuestro “nido”? Atención a practicidad y seguridad con materiales naturales y garantizados que privilegien la higiene.