El baño es un momento de mimos, ¡complicidad e higiene!
La higiene para tu hijo es importante desde el nacimiento y el baño puede transformarse en un rito agradable tanto para él como para ti y el papá, que cuidáis de vuestro pequeño con este pequeño mimo cotidiano.
El secreto para hacer que este momento sea especial es crear un ambiente cálido y confortable, tomarte todo el tiempo necesario para estar bien junto a tu pequeño y tener en cuenta algunas reglas simples:
- una temperatura de alrededor de 20° – 22°, suficientemente cómoda pero no demasiado caliente, es lo ideal para el cuarto de baño
- la temperatura del agua debe estar alrededor de los 35°-37°
- elige un jabón neutro
- puedes utilizar una esponja, en este caso elige una natural
- prepara un suave albornoz de algodón, mejor con capucha, y tenlo al alcance de la mano para envolverlo en cuanto termine el baño
Con serenidad abraza a tu pequeño y sujetándole la cabecita, sumérgelo suavemente en el agua. Mima a tu hijo con el sonido de tu voz y con tus caricias. Cuando sea un poco más grande, también los juguetes podrán hacer que este momento sea especialmente agradable para él.
Si tu pequeño se divierte en el agua, ¡no tengas prisa para sacarlo de ella!
Si por el contrario protesta, llora, se pone rígido, no significa que no le guste el agua, sino que advierte algún pequeño fastidio: quizá la temperatura no sea de su agrado, las salpicaduras lo molestan, tiene un poco de hambre… Con un poco de práctica tanto tú como el papá sabréis interpretar sus señales para hacer que el rito del baño sea una agradable y sana costumbre.