“Probar” el mundo con la boca es la primera forma que tiene tu hijo para descubrir lo que lo rodea y es un instinto natural, que depende de una parte de su cerebro.
Desde el collar hasta el plato, pasando por tu pelo y el cuello de la camisa del papá: ¿tu pequeño se lo lleva todo a la boca? Es una costumbre que tiene desde hace mucho tiempo, desde el primer trimestre de embarazo, ¡cuando en la barriga comenzó a meterse el dedo en la boca!
Tu bebé recién nacido confía en su boca para descubrir el mundo que lo rodea: la leche, la mamá y el papá son las primeras cosas que, una vez que las prueba, reconoce, y los estímulos que parten de la cavidad oral llegan directamente a su cerebro, ¡asociando experiencias agradables o ¡menos divertidas!
Este instinto es innato y, recientemente lo ha demostrado un estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores italianos y franceses en el instituto de las Ciencias Cognitivas de Bron. Un estudio precedente en monos había demostrado que en su cerebro había un circuito nervioso, llamado giro precentral sensor motor, que controla el gesto, automático, de llevarse la zampa a la boca. Los estudiosos por lo tanto supusieron que este circuito debía estar presente también en los humanos y, sobre todo en los niños… Veintiséis personas que debían someterse a una intervención quirúrgica, también fueron estimuladas directamente en el giro precentral sensor motor y los pacientes de manera involuntaria alzaron el brazo y abrieron la boca.
La conclusión del estudio es que esta área cerebral, por lo tanto se desarrolla ya desde que tu pequeño está en el vientre y le sirve precisamente para descubrir la realidad que lo rodea. No te preocupes si lo prueba todo, pero intenta enseñarle qué cosas puede probar y cuáles no, dejando que poco a poco esta costumbre desaparezca sola… ¡Con el pasar de los meses comenzará a usar también los otros sentidos para descubrir el mundo!