La tentación de mamá y papá de vestir a los dos pequeñines iguales es irresistible… No siempre es correcto pero de vez en cuando puedes dejarte llevar.
Cuando nacen gemelos, los corazones de mamá y de papá explotan por una alegría y una emoción dobles.
Todo se piensa para dos: cuna, silla de paseo, trona… ¡pero sobre todo la ropa!
¿Y hay algo mejor que comprar la ropita para tus bebés? ¡Vestirlos!
Es cierto y está comprobado que para el desarrollo de las identidades de los gemelos sería necesario distinguirlos siempre, llamarlos por su nombre, dedicarle a cada uno atenciones diversas… pero de vez en cuando está bien que mamá y papá disfruten vistiéndolos iguales.
¿Por qué este deseo a veces es tan dulcemente irresistible?
Criar a dos bebés de la misma edad, con exigencias parecidas, pero con caracteres y personalidades diferentes es una tarea para una super mamá y un super papá. Desear vestirlos iguales representa un poco el deseo de los padres de demostrar el mismo amor por ambos, transformar en algo visible y tangible el pensamiento de no hacer ninguna diferencia entre los pequeños, a nivel afectivo.
Y qué tierno es verlos aún más iguales, pero al mismo tiempo únicos.
Tener el placer de elegir ropa especial para nuestro hijo es fantástico, poder hacerlo para dos es ¡simplemente irresistible!