Parece todavía tan pequeño pero tu hijo ya está preparado para hacer su primera aparición en sociedad: ¡comienza la guardería!
La guardería es una nueva y hermosa experiencia tanto para ti como para él, pero después de tantos meses siempre juntos, primero en la barriga y después entre tus brazos, cuando llega el momento de la separación es difícil estar preparados. Las maestras y las coordinadoras lo saben y por eso tienen siempre previsto un periodo de adaptación, que varía de una estructura a otra y que os permite a ambos acostumbraros poco a poco a este cambio. Es importante por lo tanto que seas precisamente tú, mamá, la que se ocupe de ello. Tu hijo tendrá de esta forma la posibilidad de ambientarse a los nuevos espacios, a las nuevas personas que tiene a su alrededor y sobre todo a tu ausencia.
Generalmente la adaptación tiene una duración de dos semanas que inician con la exploración del nuevo contexto juntos, para después pasar a las primeras horas en las que lo dejarás con la maestra que, gradualmente y con tu ayuda, introducirá los pequeños ritos cotidianos que lo acompañarán durante los próximos meses: del cambio a la merienda, del almuerzo al descanso.
Tu serenidad sabiendo que se encuentra en una situación pensada específicamente para él será importante para tu hijo, que ahora te comprende perfectamente y reacciona consecuentemente a tus emociones: si tú tienes dudas, él desconfiará, si tú te muestras segura, él se fiará de ti y también estará seguro.
De todas formas puede ocurrir que tu cachorro llore o de algunos pasos hacia atrás en sus conquistas (pide el chupete con mayor frecuencia o te busca más cuando estáis en casa…), no hay que alarmarse, solo está buscando un nuevo equilibrio en una situación que aún debe explorar. Muéstrate cercana y construid juntos una nueva cotidianeidad: las pequeñas habitudes de todos los días ¡serán vuestra carta ganadora!