Desde los primeros días de vida el recién nacido necesitará un ambiente que recree aquella sensación de calor y placer que lo acompañaba durante el embarazo.
Tu barriga ha sido durante 9 meses la cuna de tu hijo, su mundo. Recrear un ambiente suave y acogedor, que le recuerde sus meses de vida dentro de ti es posible, gracias a algunos detalles de su nueva habitación.
- Por cuanto concierne a los colores de la habitación se aconseja utilizar colores que no estimulen excesivamente al niño, sino que lo relajen. Según la teoría delFeng Shui, la habitación de los pequeños en general debería reflejar alegría y serenidad. En este sentido el color predominante debería ser el verde (símbolo del crecimiento), mientras que las varias tonalidades del azul deberían infundir tranquilidad.
- Siempre de acuerdo con el Feng Shui, antiguo arte chino, también carillones y móviles colgados sobre su cuna son especialmente adecuados para recordar la energía vital. Si elegís uno de metal (Yang) tendrá un efecto más excitante sobre el pequeño, mientras que si optáis por uno de tela (Yin) el efecto será relajante.
- Pon en su cuna bolsitas de tela que contengan mezclas de hierbas, como hierba de San Juan, flor de heno, lúpulo, manzanilla y cebada: según antiguas tradiciones, estas fragancias ayudan al niño a dormir mejor.
- Para protegerlo contra las corrientes de aire y en verano contra los mosquitos, puedes colocar sobre la cuna o la cama un velo. Si sobrepones dos, uno de color azul y otro de color rojo, el efecto le hará recordar las tonalidades cromáticas del útero materno, induciendo consiguientemente un efecto relajante y calmante.