Es una pequeña intervención que se realiza al inicio del embarazo para mantener bien cerrado el cuello del útero en casos en los que se prevea una dilatación prematura
Antes de la 38 semana de embarazo el cuello uterino (la parte inferior del útero) debería permanecer bien cerrado. Si por el contrario comienza a dilatarse prematuramente, el ginecólogo puede decidir “reforzarlo” sometiéndolo a una simple intervención quirúrgica para evitar el riesgo de parto prematuro: el cerclaje.
El cerclaje uterino se realiza en el hospital, en anestesia general o local, no antes de la 12 semana y, por lo general, no después de la 24 semana. La intervención es simple y dura unos 15 minutos: el especialista introduce una especie de “cinta” de la longitud de unos 5 milímetros en varios puntos a través del espesor de las paredes del cuello del útero y después la sutura para impedir que la dilatación proceda. La cinta es retirada, siempre por el ginecólogo (pero sin necesidad de ingreso ni de anestesia) un par de semanas antes de la fecha prevista del parto. El cerclaje debería garantizar la perfecta sujeción del cuello del útero y permitir que la futura mamá pueda llevar una vida normal.
Después de retirar la cinta, por el contrario, generalmente el ginecólogo te pedirá que observes un período de descanso para no correr riesgos y llevar a término el embarazo