Tu leche sigue siendo lo que más le gusta, pero durante estos meses comenzará a descubrir todo un mundo para su paladar. Y mientras salen los primeros dientes, los juegos son cada vez más divertidos y el sueño comienza a regularizarse.
¡El mundo de tu hijo está cambiando! En estos meses sus descubrimientos son cada vez más interesantes: primero comenzará a darse la vuelta estando tumbado para tener una perspectiva diferente y para alcanzar mejor las cosas que le interesan, después intentará estar sentado y ¡desde ahí para él iniciarán nuevas aventuras! No solo por los nuevos juegos que aprenderá a hacer sino también ¡por los nuevos gustos que empezará a descubrir! En estos meses tu hijo, que ahora es capaz de estar sentado en una trona, está listo para saborear las primeras papillas. Tu pediatra te dirá cual será el momento adecuado para empezar a probar pero en realidad será tu mismo pequeño quien te hará entender qué pasos está preparado para dar: fíate de él.
Y en un abrir y cerrar de ojos, de “pequeña estatuilla” tu hijo se transforma en ávido explorador: arrastrándose primero, gateando después, ahora la casa ya no tiene secretos…o casi. Este es el mejor momento, si aún no te lo has planteado, para poner “en seguridad” la casa. Mueve los objetos que no quieres que queden al alcance de su mano y haz que los cajones y puertas no se abran fácilmente. Pero aprende también a decir algunos “no” para hacerle entender que no debe hacer una determinada cosa: tu hijo ahora es mucho más consciente tanto por lo que se refiere a sus acciones como a lo que tú le dices.
El tiempo pasa deprisa y para algunas mamás se acerca el momento de volver al trabajo… No es fácil permanecer serenas ante la idea de que, después de tantos meses siempre juntos, ahora deberás pasar algunas horas sin verlo. Definir cómo organizarte te será de gran ayuda. Junto con el papá deberás decidir con quién dejarás a tu hijo. ¿Lo inscribirás en la guardería? ¿Se ocuparán de él los abuelos? ¿O tenéis a disposición a una super nanny? Cualquier elección será la correcta si hace que os sintáis tranquilos. Y hasta que cumpla un año, recuerda que tienes a tu disposición momentos de la jornada laboral dedicados a la lactancia (para saber más lee también “Volver al trabajo y seguir con la lactancia materna”).