Ser padres es una elección de pareja: por esto es importante desde el principio dividirse con equidad las tareas que el nuevo rol conlleva.
Con frecuencia en la actualidad los dos progenitores siguen con alegría y trepidación la llegada de un bebé desde el principio, presentándose a las citas médicas juntos; cada vez con mayor frecuencia los papás asisten de cerca al nacimiento de su hijo para no perderse momentos únicos e irrepetibles.
Una vez nacido, comienza una aventura maravillosa, la de su educación, en la que los protagonistas son los dos progenitores.
¿Cómo hacer para establecer desde el inicio un correcto equilibrio familiar, en el que tanto mamá como papá se sientan implicados y partícipes? Mucho puedes hacer precisamente tú, mamá: eres la referencia fundamental para tu bebé, que ha crecido dentro de ti durante nueve largos meses, pero ahora debes intentar dejarle espacio también al papá de tu pequeño. Confiándole pequeños encargos, dándole confianza y dejando por ejemplo que sea él quien le cambie el pañal al bebé o permitiéndole que lo consuele cuando llore por un cólico. Son momentos fundamentales para establecer la impronta en el interior de la pareja padre-hijo: servirán al pequeño para aprender a cuidar de él y al papá para saber que puede hacerlo. Pero te servirán también a ti para que puedas tomarte algunos momentos de pausa y sobre todo para que en un futuro puedas quedarte serena y confiada cuando lo dejes en las manos de quien desde el principio ha sabido cuidar de tu maravilloso bebé.
También en casa, no quieras hacerlo todo sola: aprende a pedir ayuda también y sobre todo a tu compañero y estableced desde el primer día nuevos roles y nuevas tareas, de manera que cada uno sepa lo que debe hacer. Contribuir al crecimiento sano y equilibrado de vuestra nueva familia será para ambos un éxito asegurado.