Por la noche tus deseos o tus temores de futura mamá, ya sean conscientes o inconscientes encuentran su expresión en los sueños.
El embarazo se caracteriza por cambios, pensamientos nuevos, miedos, transformaciones del cuerpo, deseos y esperanzas. Un viaje desconocido y emocionante, un período mágico y particular que con frecuencia encuentra su válvula de escape en los sueños.
Entre los más comunes de las futuras mamás están la sensación de caer al vacío, que simboliza las ganas de libertad y despreocupación, el tema del agua, símbolo de la vida intrauterina y de tu pequeño dentro de ti, las figuras femeninas, visión de tu rol de hija, de futura madre, de tu relación con la feminidad….
Además están los sueños que reflejan los pensamientos turbulentos, que no siempre te gusta recordar cuando te despiertas. Son por ejemplo los temidos sueños de pérdida de dientes y pelo, que reflejan tus miedos de inadecuación en espera de tu hijo.
Con frecuencia llegan los sueños acerca del parto: es normal que la actividad onírica se concentre en el “gran acontecimiento” que es el centro de cada embarazo. Es positivo que el miedo y la ansiedad encuentren un canal de expresión. ¡No hay ninguna mujer que no le tema al parto!
El sueño más rebelde es el de la comida: se sueña que se come lo que en la vida real no puedes comer, ¡puede que un rico bocadillo con jamón serrano!
Los sueños que representan esperanzas y deseos son por el contrario divertidos y más fáciles de gestionar: tu bebé con ojos grandes y azules, o bien oscuros y cautivadores, un hijo médico o ¡Presidente del Gobierno…!
Cuando te despiertes no te queda más que evitar pensar en el sueño si te ha molestado (¡en el fondo solo es un sueño!) o seguir soñando despierta (¡una ocupación que no puede más que hacerte sentir bien!).