Una pregunta capaz de hacer entrar en pánico incluso a la manager más convencida y que abre las puertas a muchos sentimientos de culpa.
Tu pequeño ve que a algunos amiguitos de la guardería los acompaña la mamá en vez de la abuela o la niñera. Y de nuevo es la mamá la que los recoge a la salida. Tu hijo piensa que hay madres más presentes que la suya e inevitablemente intentará entender por qué contigo las cosas funcionan de otra manera y “mamá ¿por qué trabajas?” será una pregunta que surgirá espontánea.
Lo mejor es darle a tu pequeño una motivación clara para evitar que piense – sobre todo ante una reticencia a darle explicaciones – que si la mamá pasa poco tiempo con él, la culpa podría ser suya.
Tomarse el tiempo necesario para explicarle con calma y absoluta tranquilidad como son las cosas, además de tranquilizarlo, lo ayudará a desarrollar un pensamiento crítico y autónomo. Es importante hacerle entender que a pesar de la importancia del trabajo y del aspecto económico, mamá, aunque no esté físicamente presente, no pasa un momento sin pensar en él.
Es mejor decirle que el trabajo es una tarea agradable y, para hacerlo más partícipe y que se sienta más cercano e implicado, en cuanto te sea posible intenta llevarlo un día a tu puesto de trabajo: se sentirá importante, parte de la actividad de la madre y aprenderá a entender mejor tus decisiones.
Entenderá que hay otros muchos niños que viven la misma experiencia y pronto se sentirá orgulloso de su mamá. Claramente, será necesario un poco de tiempo, los celos hacia algo que te aleja de él no desaparecerán de un día para otro, pero por lo menos el pequeño tendrá más instrumentos para comprender que la tarea fuera de casa de su mamá no resta absolutamente nada del amor que siente por él.