Tu hijo se entrena para respirar solo. Te estás preparando para que nazca: el gran día está cada vez más cerca. Definir los últimos detalles prácticos te hará sentirte mejor, sabiendo que todo está bajo control y que te queda tiempo incluso para los pequeños olvidos.
Tu útero sigue creciendo pero la sensación de falta de aire que has advertido durante el mes precedente puede aliviarse porque el pequeño ya se ha colocado boca abajo. De todas formas si cuando estás tumbada respiras con dificultad, con una almohada extra levanta la espalda y los hombros y dejarás mayor libertad al diafragma.
Seguro que te preguntas con frecuencia como irá, si estarás preparada y si lo tendrás todo listo cuando llegue el momento de ir al hospital. Aunque no seas una maníaca de la organización, es más fácil si te preparas una lista de cosas que hacer y que decidir, como por ejemplo:
- Qué meter en el bolso para el hospital, con post-it de las cosas que debes poner en el último momento. Así si tu hijo adelanta su llegada al mundo habrá menos posibilidades de dejar en casa algunas cosas indispensables, como el camisón para el parto. Además de los productos de toilette puedes añadir todo lo que te guste y que te ayudará a recuperar rápidamente las energías como caramelos, chocolate… Y además el móvil, la cámara fotográfica, un mini diario… Naturalmente no faltará su canastilla para los primeros días siguiendo las indicaciones de la estructura…
- ¿Quién te acompañará cuando empiecen las contracciones? Lo ideal sería que fuese la persona que haya seguido contigo los cursos de preparación al parto para que pueda ayudarte con la respiración y quizá con un masaje en la espalda. Asegúrate de que tu pareja quiera de verdad hacerlo, si deseas que esté contigo en esos momentos. Tampoco sería extraño que eligieses a tu madre, a tu hermana o a tu mejor amiga. Deben estar preparados a tranquilizarte, a soportar tus cambios de humor o a dejarte en paz cuando lo necesites.
- Una lista de las personas que quieras avisar cuando comiencen las contracciones y de aquellas que llamarás cuando nazca el pequeño.
En este mes podrás sentir falsas contracciones que son esporádicas, irregulares y sin variación de intensidad. Podrían aparecer si estás un poco cansada, si necesitas vaciar la vejiga o simplemente por un movimiento de tu pequeño. ¡También tu útero se está entrenando para el gran día! ¿Y tu hijo se está preparando? Sí, también él ha disminuido el ritmo de crecimiento y ha hecho reserva de grasa como para recoger y almacenar energías para el parto. Sus huesos son más consistentes pero aún muy elásticos para ser más ágiles durante el paso al mundo exterior. La naturaleza es mágica, ¡lo ha previsto absolutamente todo!