Si papá fuma, tanto durante el embarazo como cuando nazca tu bebé, aumentan los riesgos vinculados a la salud del pequeño, y por eso es mejor intentar dejar de fumar
Si ya eres mamá o estás intentando serlo, dejar de fumar es uno de los primeros regalos que puedes hacerle a tu hijo, protegiéndolo contra los efectos negativos del tabaco a corto y largo plazo.
Un estudio realizado por la Universidad de Nottingham, recientemente ha demostrado que también los papás y los futuros papás deberían cuidar de su hijo dejando de fumar, porque el tabaco pasivo aumenta los riesgos vinculados al embarazo, como el del aborto o el nacimiento prematuro, y aumenta la probabilidad de defectos congénitos.
Si aún no estás embarazada y estás buscando a la cigüeña además, dejar de fumar será una oportunidad más: algunos estudios han demostrado que los futuros papás fumadores tienen una capacidad reproductiva inferior, porque el tabaco reduce la concentración y la vida de los espermatozoides.
Si el pequeño ya ha nacido y el papá no quiere dejar el vicio es importante que se lave las manos y los dientes antes de entrar en contacto con vuestro bebé, porque las sustancias tóxicas y nocivas contenidas en los cigarrillos se depositan en los tejidos, en la piel y en la boca y ¡podrían entrar en contacto con él!