Es una de las citas fundamentales del embarazo, porque se programan todas las etapas de los nueves meses y se comienza a conocer al bebé.
La prueba de embarazo te ha lanzado la primera alarma quizá, pero para confirmar tus sensaciones, entre la 8° y la 13° semana, es decir a caballo entre el segundo y el tercer mes de embarazo, deberás ir al ginecólogo porque solo con esta visita se determina si estás o no embarazada.
A partir de este momento se comienza todo el camino que será necesario recorrer durante estos 9 increíbles meses.
En general, es la visita que más emociona a los futuros padres, porque ven por primera vez a su pequeño a través de la ecografía.
Sobre todo si has ido muy pronto, su forma será muy parecida a una pequeña “habichuela”, quizá a un “kiwi”… Pero el corazón te latirá fuerte porque en esa imagen vosotros conseguiréis ver el futuro.
Se trata de la visita más larga y exhaustiva de los nueve meses, porque:
- El médico recoge todas las informaciones necesarias, sobre la madre, su pareja, la familia de ambos, para tener un cuadro de partida completo;
- realiza una visita interna y una ecografía, para verificar la concepción;
- controla el peso de la madre, la tensión y otros parámetros útiles;
- mide el latido cardíaco del feto;
- indica los análisis de control o progreso necesarios, además de aquellos rutinarios que la futura madre deberá efectuar;
- programa las sucesivas pruebas.
Entre las informaciones que te pedirá seguramente el médico, se encuentra la relativa al último ciclo menstrual, que sirve para datar la concepción y por lo tanto para identificar la eventual fecha del parto. Si no te acuerdas, quédate tranquila: a través de cálculos precisos, el especialista sabrá de todas formas identificar a grandes rasgos el momento en el que podría haber sido concebido el bebé.